Aportes de Sócrates, Platón y
Aristóteles a la educación
Sócrates,
Platón y Aristóteles fueron tres grandes pensadores griegos que hicieron enormes
aportes científico-filosóficos en diversas áreas, entre ellas, a la educación.
Platón fue discípulo de Sócrates y Aristóteles a su vez de Platón.
Carlos T. Bernheim (2008) expresó que el filósofo de la Antigua Grecia, Sócrates
(470 – 399 a. de C.) renunció a llamarse a sí mismo sabio, puesto que él no pretendía
conocer la verdad absoluta de todo y se autodenominó filósofo. Para él un
filósofo no es quien posee toda la verdad sino aquél que pretende obtener
sabiduría. El filósofo es consciente de que es ignorante, mientras que los
sabios o sofistas poseen una doble ignorancia al ignorar que lo eran en ciertas
cuestiones.
Carlos T. Bernheim (2008) desarrolló en su texto que las ideas de
Sócrates representan el primer gran sistema filosófico del mundo y se dieron a
conocer a través de 28 Diálogos que escribió Platón (427 – 347 a. de C.) quien
fue su discípulo durante 20 años. Sócrates introdujo el término mayeútica a la
filosofía. Para él, el oficio del educador o maestro es ayudar a sus alumnos o educandos
a extraer el conocimiento que ya tienen en su mente. Los estudiantes no
perciben ese conocimiento hasta que el maestro lo va extrayendo por medio de
preguntas muy hábilmente formuladas. A este método pedagógico se lo conoce como
diálogo socrático. En materia de educación Sócrates sostenía que la virtud se puede
enseñar y aprender, preocupándose por el estudio del ser humano más que por el
estudio de la naturaleza.
Carlos T. Bernheim (2008) sostiene que para Sócrates para que un
educador pueda enseñar, primero debe saber. Sócrates, como filósofo es
consciente de lo que no sabe y está en constante búsqueda del conocimiento,
mientras que los sofistas viven en la ilusión del saber.
Según Charles Hummel (1994) la pedagogía socrática se aparta de la
enseñanza tradicional en la que el maestro transmite sus conocimientos y el
alumno los asimila con pasividad. Por el contrario, ésta es una pedagogía
activa y dialógica. Tanto el educador como el alumno cooperan en la búsqueda
del saber. A través de preguntas y respuestas que llevan a la reflexión, ambos
se entregan a la búsqueda de adquirir el conocimiento.
Platón fundó su propia escuela, la Academia, y enseñó allí durante casi
40 años a ilustres pensadores entre los cuales destacó su discípulo, Aristóteles (384-322 a. de C.). Carlos T. Bernheim (2008) nombra algunos datos
importantes de la vida de Platón que él mismo desarrolla en el Protágoras. Se sabe que vivió durante el
período de transición de la Grecia Clásica al Helenismo y la decadencia de la
Atenas de Pericles. Cuando era pequeño recibió la educación normal de los
varones griegos de su tiempo, las mujeres en la Antigua Grecia eran educadas en
el hogar. Acompañado por un esclavo al que se llamaba pedagogo asistió a una
escuela privada ateniense. Cabe aclarar que no existían las escuelas públicas.
Aprendió a leer, a escribir y a calcular, memorizó poesía griega y “La Ilíada”
y “La Odisea” del poeta Homero, aprendió a cantar y a tocar la cítara y se
ejercitó físicamente. A los 20 años de edad se convirtió en el discípulo más
destacado de Sócrates. Durante 20 años permanecieron juntos hasta que en el 339
a. de C. Sócrates falleció debido a sus desacuerdos con la democracia
ateniense. Este hecho fortaleció las ideas antidemocráticas en Platón.
Carlos
T. Bernheim (2008) explica que en la Academia, la escuela que fundó Platón, se
estudiaba matemática, ciencias naturales, ética, metafísica y ciencias
políticas. Su sueño era formar allí a reyes filósofos. La Academia continuó
existiendo hasta el 529 después de Cristo.
Por otro lado Carlos T. Bernheim (2008) aclara que mientras que al
principio las ideas de Platón sobre pedagogía estaban fuertemente influenciadas
por las de Sócrates, a lo largo de su vida se va desplazando cada vez más hacia
una concepción política de la educación. Sus ideas políticas y educativas están
ampliamente desarrolladas en sus obras: “La República” y “Las Leyes”. En
primera, Platón plantea una utopía en donde las ideas que según él son
inmutables y perfectas son más reales que las cosas del mundo que son mutables
e imperfectas. Aquí la educación aparece como baluarte contra el cambio y la
subversión, a diferencia de las teorías educativas actuales. Mientras que en “Las Leyes”, elabora un
detallado tratado de legislación para una ciudad ideal.
Carlos T. Bernheim (2008) expuso algunos conceptos de Platón que se
adelantaban a sus tiempos, pues él proclamaba igualdad de sexos en tiempos en
donde las mujeres eran relegadas a las tareas domésticas. Para el filósofo en
su ciudad ideal las mujeres podían ser educadas y luchar en las guerras de la
misma forma que los hombres. Proponía una educación para todos y todas los
miembros de la clase de los guardianas y una formación para artesanos y
comerciantes limitada a un mero aprendizaje. Los esclavos quedaban por fuera de
su visión educadora.
“La Polis de Platón es una
ciudad esencialmente educativa, creada para la educación. Sólo puede durar a
condición de que todos los ciudadanos se hayan beneficiado de una educación que
les haga capaces de tomar decisiones políticas razonables” (Bernheim, 2008,
p.44).
Platón fue, en palabras de Carlos T. Bernheim (2008), el primero en
desarrollar una teoría sistemática de la educación estableciendo las reglas
fundamentales desde donde se ha desarrollado todo pensamiento tanto filosófico
como educativo. Además se convirtió en el filósofo más influyente en occidente
conservándose cerca de 80 de las 400 obras que se cree que escribió.
Para Platón “la verdadera educación se debe inculcar sólo en aquellos
que pueden sacar ventaja de la misma, y ha de ser primordialmente
responsabilidad del Estado”. El Estado decide “quiénes han de recibir esa
educación (…) y se hacen juicios sobre sus capacidades intelectuales; los más
aptos siguen adelante y los ineptos se hacen a un lado” (Bernheim, 2008, p.45-46).
El tercer gran filósofo griego del que habla Carlos T. Berneheim (2008)
en su obra es Aristóteles quien estudió en la Academia con Platón y perfeccionó
sus estudios en Assos. Además, fue maestro de Alejandro Magno de Macedonia
cuando era joven.
Según Carlos T. Berneheim (2008) Aristóteles es fundador de la teoría
del conocimiento pues para él, la ciencia, la filosofía y la educación se
vinculan íntimamente. Para Aristóteles la educación es indispensable para que
el ser humano pueda realizarse y alcanzar el bien supremo que sería la
felicidad, aquello a lo que todos aspiran. Un hombre feliz es un hombre
virtuoso y la virtud sólo se adquiere a través de la educación ya que ella le
brinda lo que se consideraban buenos hábitos.
“La libertad es una finalidad última de la educación, ya que no hay
felicidad sin libertad (…) La verdadera felicidad reside en la vida consagrada
a la filosofía, a la contemplación” (Bernheim, 2008, p. 49). De esta forma el
hombre alcanza felicidad individual, pero también social ya que con ciudadanos
educados, para Aristóteles, se logra una polis virtuosa y estable. La educación
sería por lo tanto responsabilidad del legislador, del Estado (trátese de un
Estado democrático o no).
Carlos T. Bernheim (2008) sostiene que tanto Platón como Aristóteles
piensan en un sistema de educación que podríamos asociar a lo que hoy se llama
educación permanente en dónde se educa durante toda la vida. Ambos filósofos
organizan a la educación en períodos de siete años. Si bien en las polis la
enseñanza era privada, Platón y Aristóteles pensaban en una educación pública e
igual para todos. Sin embargo, Aristóteles no menciona el rol del docente en
sus obras.
“Aristóteles distingue dos categorías pedagógicas que se completan: la
educación por la razón y la educación por los hábitos. (…) Para él, estos
términos significan lo que actualmente llamaríamos “pedagogía activa””.
(Bernheim, 2008, p. 53).
En cuanto al educando para Aristóteles, según Carlos T. Bernheim (2008),
no es alguien que sufre pasivamente, sino que aprende por medio de la acción y
esta acción proporciona placer al alumno. Las ideas de Aristóteles de este modo
aparecen adelantadas para su época ya que coinciden con las visiones de los
pedagogos actuales.
Referencia
Bibliográfica:
Bernheim, C. (2008). Panorama general sobre la filosofía de la
educación. EDITORIAL HISPAMER. P.35-53